Facebook

 

Después de un tiempo ya de hacerme la loca, se me ocurrió sucumbir al inevitable arrastre de esa red llamada Facebook…eso y todo lo que trae aparejado. Y no me refiero necesariamente a la tracalada de ofertas, links, regalitos y demases, sino más bien a la exposición de tu vida diaria en un mundo de comunicaciones instantáneas.

 

De pronto, de la noche a la mañana, el pasado de una comienza a hacerse presente como si las cosas olvidadas hubieran estado sólo escondidas bajo la cama o en algún rincón sin sacudir. Eso y un abrasivo velo incongruente que, amparado sino en tu frágil recuerdo, en la supuesta madurez que te han dado los años, hace que de pronto todo el mundo sea mágicamente la copia feliz de algún personaje de TV, incólume, con quien desaparecen los malos recuerdos, traumas y enojos de cualquier tipo. De hecho, más de algún individuo de quien dije alguna vez “no quiero saber mas” me ha contactado y ha sido como retomar una amistad de siempre, con la mayor altura de miras que una pantalla de computador le puede a una permitir.

 

Lo especial sin embargo, es que Facebook además puede mostrarse como una herramienta de “testeo” de afectos, que revela a cada cual muchas veces lo importante que se ha sido para las personas.

Y debo reconocer con ello que, en este crecimiento continuo de nuevas formas de relacionarse, tanto con nuevos como con antiguos actores, he podido sentir un placer originario, muy difícil de describir…simplemente ocurre cuando soy la primera persona a quien contacta un “primerizo del sistema”….. es casi como el equivalente a una “primera vez”……una sensación única, que lleva envuelto un mensaje tácito de complicidad con otro ser en la web.